martes, 12 de febrero de 2008

Primeras impresiones



Lo primero que impresiona de un pueblo pequeño es lo estrecho de sus calles y la falta de coches. Con el tiempo te das cuenta que ésto es un tesoro.

Veníamos de Cáceres y para cruzar la calle casi tenías que dar la mano a un adulto. "Cuidado con los coches".

En Llerena 1977 no había coches prácticamente. La principal calle, Las Armas, era peatonal.

Nosotros vivíamos en la calle Queipo de Llano. Creo que ahora se llama Bolaños. Una calle estrecha. Pero era más estrecha aún Gazul de Uclés. Calles ebúrneas, níveas, calizas, deslumbrantes en el verano sol de Badajoz. Calles con impresionantes historias, con la Historia en sus paredes.

Lo segundo que le impacta a un joven de 16 años que viene de la "capital" es que al segundo día de salir.... ve a las mismas personas que el día anterior. Interesante.

Las personas hablan con diferente acento. Con un deje pacense pero que que va adivinando una proximidad geográfica con Andalucía.

¿Y las chicas....? Sí, en ese aspecto, la cosa no estaba tan mal. La mujer llerenense (y visitantes) es bella, simpática y elegante.

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